La banca abierta es un sistema que permite compartir datos y servicios bancarios entre entidades financieras autorizadas, de forma segura y con el consentimiento del cliente.
Esto significa que los consumidores pueden autorizar el acceso a su información financiera por parte de diferentes instituciones, promoviendo una mayor transparencia y control sobre sus datos.
Con open banking, los clientes tienen acceso a productos y servicios más personalizados, mientras que las entidades financieras pueden desarrollar soluciones más eficientes y adaptadas a las necesidades del mercado.
Así pues, este enfoque estratégico impulsa la innovación, aumenta la competencia y promueve la inclusión financiera, sirviendo de base para las finanzas abiertas.
En este artículo, cubriremos los pilares regulatorios, los aspectos técnicos, las ventajas, los retos y cómo Topaz ofrece soluciones sólidas para apoyar a las instituciones en este viaje de transformación digital.
El principio fundamental de la banca abierta es el consentimiento del usuario. Los clientes tienen derecho a autorizar o revocar el uso compartido de sus datos en cualquier momento, lo que garantiza un control total sobre su información.
El intercambio de datos se realiza a través de API (Application Programming Interfaces), que permiten una comunicación segura y estandarizada entre los distintos sistemas financieros.
Estas APIs actúan como puentes digitales, permitiendo a bancos, fintechs y otras partes acceder a información bancaria específica, siempre que el cliente lo haya autorizado.
Por ejemplo, una fintech de crédito puede acceder al historial de transacciones de un cliente en otro banco para ofrecerle un préstamo personalizado basado en su perfil de gastos e ingresos.
Cabe destacar que el open banking no es una aplicación específica, sino un ecosistema de reglas, estándares y tecnologías que facilitan la integración entre entidades financieras.
Este modelo promueve un entorno más colaborativo en el que diferentes empresas pueden ofrecer servicios interconectados y más eficientes a los usuarios.
La implantación de la banca abierta en Brasil se ha estructurado en cuatro fases principales, establecidas por el Banco Central.
Fase 1 - Compartir datos sobre los productos y servicios financieros ofrecidos por las instituciones (información pública). En esta fase, los consumidores pudieron acceder a datos normalizados sobre tarifas, tipos de interés, canales de servicio y productos bancarios, promoviendo una mayor transparencia.
Fase 2 - Puesta en común de los datos de registro y transacciones de los clientes, previo consentimiento. Las instituciones financieras tienen ahora acceso a datos tales como nombre, CPF/CNPJ, historial de transacciones, saldos, entre otros, previa autorización de los clientes.
Fase 3 - Inicio de las operaciones de pago a través de terceros autorizados. Esta fase permitió a los iniciadores de operaciones de pago (ITP) efectuar pagos en nombre de los usuarios, sin necesidad de acceder directamente a la banca por internet del banco de origen.
Fase 4 - Integración de los datos de otros servicios financieros, como divisas, inversiones, seguros y pensiones, marcando la transición a open finance. Como resultado, los consumidores tienen ahora una visión más completa e integrada de su vida financiera.
El Banco Central actúa como regulador del sistema, estableciendo directrices y normas técnicas y supervisando la seguridad y el cumplimiento de las normas por parte de las entidades participantes.
La principal diferencia entre open banking y open finance radica en el alcance del intercambio de datos.
El open banking se centra generalmente en compartir datos bancarios, como cuentas, transacciones y servicios financieros básicos.
El open finance, por su parte, es una evolución de este concepto, que abarca una gama más amplia de productos financieros, incluidos seguros, inversiones, pensiones, divisas y otros.
Banca abierta |
Finanzas abiertas |
|
Ámbito |
Cuentas, transacciones y servicios bancarios. |
Incluye seguros, inversiones, planes de pensiones y cambio de divisas. |
Participantes |
Entidades bancarias. |
Todo el sector financiero. |
Etapa en Brasil |
Implantado y consolidándose. |
En expansión. |
Para los clientes
Para las entidades financieras
La participación en open banking es obligatoria para las grandes entidades financieras reguladas por el Banco Central, especialmente aquellas que concentran la mayor parte de los activos del sistema financiero nacional.
Sin embargo, otras entidades como fintechs, cooperativas de crédito y entidades de pago pueden participar de forma voluntaria.
Para ello, deben seguir criterios técnicos y regulatorios definidos por el Banco Central, como la adhesión al estándar API, la estructura de gobernanza, el cumplimiento de la LGPD y la capacidad de garantizar la seguridad de los datos de los usuarios.
La banca abierta desempeña un papel clave en la promoción de la inclusión financiera de varias maneras.
Acceso a servicios financieros: una de las principales barreras para la inclusión financiera es la falta de acceso a servicios básicos como cuentas bancarias y créditos.
La banca abierta facilita el acceso a estos servicios al permitir a las instituciones financieras compartir información sobre productos y clientes con otras instituciones, aumentando la competencia y la oferta de servicios.
Personalización de los productos financieros: con open banking, las entidades financieras pueden acceder a una visión más completa del perfil financiero de un cliente, incluidas sus transacciones, historial crediticio y preferencias.
Esto permite crear productos financieros más personalizados y adaptados a las necesidades individuales de los clientes, incluidos aquellos que históricamente han estado desatendidos por el sistema financiero tradicional.
Reducción de costes y barreras: tradicionalmente, los costes de transacción y la burocracia han sido obstáculos importantes para quienes desean acceder a los servicios financieros. La banca abierta reduce estas barreras al permitir procesos más eficientes y automatizados, lo que disminuye los costes para las instituciones financieras y, a su vez, para los clientes.
Estimular la innovación: al abrir el acceso a los datos financieros, la banca abierta estimula la innovación en el sector financiero. Startups y fintechs pueden utilizar estos datos para crear nuevos productos y servicios que satisfagan las necesidades específicas de segmentos de la población que históricamente han sido desatendidos por los bancos tradicionales.
Sí, la seguridad es uno de los principales pilares de open banking.
El sistema está regulado por el Banco Central y cumple con la Ley General de Protección de Datos (LGPD), garantizando que el intercambio de información sólo tiene lugar con el consentimiento explícito del cliente.
Las entidades participantes deben adoptar estrictos protocolos de ciberseguridad, tales como:
Además, los clientes conservan el control total sobre qué datos se comparten, con quién y durante cuánto tiempo. Si quieren dejar de compartirlos, el proceso es sencillo, directo y gratuito.
A pesar de sus numerosas ventajas, la adopción de open banking presenta algunos retos para las entidades financieras.
Una arquitectura modular basada en microservicios y APIs abiertas es esencial para una integración eficiente en el ecosistema open banking.
Esta arquitectura permite que los diferentes componentes del sistema bancario funcionen de forma independiente, con escalabilidad y facilidad de mantenimiento.
Con este modelo, es posible:
El core bancario moderno ofrece flexibilidad, interoperabilidad y capacidad para manejar grandes volúmenes de datos en tiempo real, además de garantizar los avanzados protocolos de seguridad que exige el open banking.
Topaz ofrece un ecosistema completo de soluciones para apoyar a las instituciones financieras en su integración con open banking y su transformación digital.
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