¿Qué implica la adopción masiva de servicios móviles en la banca?
Es innegable que la aparición de los “Smartphones” marcó un hito no solo en sectores como la telefonía a nivel global, sino en otras industrias como en la banca, donde hoy en día, la proliferación de servicios financieros provistos a través de teléfonos móviles duplica el uso de las tradicionales oficinas comerciales bancarias, reflejando una nueva realidad dentro del sector financiero, que vale la pena analizar.
La popularidad de los servicios bancarios móviles se consolidó a raíz de la pandemia del COVID-19, donde la banca tuvo que enfocarse en habilitar sus servicios de forma digital y sin contacto para operar a pesar del aislamiento social.
Desde entonces, las largas filas en los bancos, las transacciones bancarias complejas y el difícil acceso a los productos financieros han quedado en el pasado, gracias a las aplicaciones bancarias móviles que permiten hacer las mismas transferencias que se hacían en el banco, pero desde el teléfono personal.
En la actualidad, una entidad financiera tiene al menos una aplicación móvil que permite hacer tareas esenciales para el usuario como consulta de saldo, realización de transferencias y pagos de facturas y solicitud de productos.
Además, la preferencia de los usuarios hacía la banca móvil es clara: Según el estudio “La Banca Digital en América Latina” de la consultora Americas Market Intelligence “El 70% de las interacciones bancaria suceden vía Smartphone, por lo que los bancos nunca habían tenido una ocasión tan única para aprovechar las ventajas de los canales móviles”.
¿Es el fin de las oficinas bancarias?
Ante esta nueva realidad de la banca, surge la pregunta si la popularidad de la banca digital y la banca móvil significa el fin de las oficinas bancarias. El estudio de Americas Market Intelligence aclara que la consecuencia de la digitalización de los servicios bancarios es que los usuarios exigirán en cualquier canal servicios financieros alineados con su estilo de vida, es decir, "Omnicanalidad"; ya que el cliente quiere simplicidad y una experiencia digital homologada para llevar a cabo operaciones bancarias cotidianas de la forma más sencilla posible.
Así que la era de la banca móvil no implica la desaparición de las sucursales bancarias, pero sí su modernización y, sobre todo, la garantía de que en cualquier canal de atención se pueda recibir una experiencia con las ventajas que ofrecen los canales digitales: rapidez, sencillez y atención permanente.
Como señala el whitepaper de tendencias tecnológicas 2022 realizado por COBIS: “En la actualidad cuando los clientes comparan instituciones financieras ya no comparan bancos, lo que comparan son experiencias. Estas experiencias superiores se construyen en plataformas digitales inteligentes, con un modelo que debe dar prioridad a lo digital (digital-first) y que ha cambiado para siempre las reglas del juego”.
Actualmente las instituciones financieras deben garantizar experiencias sobresalientes como las que ofrecen los canales digitales, sin importar si es por banca móvil, digital o en oficina bancaria. COBIS cuenta con la solución COBIS OmniTeller que ayuda a ofrecer experiencias bancarias memorables fuera de las oficinas físicas.
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El 2021 parece haber sido el año en que los NFT o “Tokens No Fungibles” mostraron su relevancia en las finanzas globales, trayendo consigo un concepto disruptivo para la industria y pronosticando que se convertirán en una herramienta clave a la hora de hacer uso de diversos servicios financieros digitales, más allá del ámbito de la seguridad de las transacciones, donde más se utilizan en la actualidad.

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La banca se caracteriza por ser una de las industrias que maneja mayores volúmenes de datos sobre sus clientes, y a medida que el sector se ha transformado de la mano de la tecnología es importante prestar atención al papel que toma la automatización de procesos dentro de la gestión de servicios financieros y los beneficios específicos que trae esta tecnología para el sector en el 2022.

En 2024, el costo promedio de una filtración de datos en la banca latinoamericana alcanzó los 2.76 millones USD. Este impacto económico no solo golpea las finanzas, sino también la confianza de clientes e inversionistas. En un mercado donde el 93% de los usuarios señala la seguridad de datos como su principal preocupación, la protección de datos se convierte en una prioridad estratégica para las entidades bancarias latinoamericanas.
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